En el corpúsculo sentenciado, quieres que me quede, como si pudiera estar así por tanto tiempo. Ahí de mí que sin rumbo me encuentro, he de ser, si lo sé, pero es que ya soy.
Pero tienes que identificarte,
– como dices?
-Que me digas quién eres?
-Ah, bueno es que yo soy solo la que está aquí ahora mismo, luego me voy.
-Ya si pero dime más.
-Cómo que te diga más?
-Si quiero saber quién eres.
-Entonces puedo ser quien tú quieras que sea, quien quieres que sea?
-Me estás confundiendo, que yo quiero que tú me digas a mí, ¿por qué tengo que ser yo quien te diga a ti quién eres?
-Pues, porque tú eres el que quieres saber quién soy yo, cuando yo ya sé quién soy. Que buscas preguntándome a mi sobre mí? Hay algo que pueda hacer por ti?
-Si claro, hay mil cosas que necesito saber, mil cosas que quiero responder, mil cosas que tengo que hacer, no tengo tiempo que perder, y necesito que me digas ya quien eres.
-Lo que necesitas no es saber quién soy yo, sino saber quién eres tú. Cuando lo sepas entonces dejarás de preguntarme quien narices soy yo. Y comenzarás por ti mismo a responderte esas mil preguntas, sabes? Acaso piensas que saber quién soy yo te va a responder a tus necesidades?Acaso tengo que hacer yo algo por tu vida? En ese caso pertenecerás tú a mi vida, y será nuestra vida, y compartir eso es algo imposible, podremos compartir experiencias y momentos, crear cosas o historias, me temo que es mejor que no sepas quien soy.
-Si es mejor así,
-No te parece?
-Buenos pues, hasta luego.
-Hasta luego.
+y entonces luego nunca llegó a donde se esperaba que fuera.